Origen de la Laguna de Tota
Antiguamente el hueco ocupado por la extensa laguna era un hueco desértico de
tierra amarilla. En noches de plenilunio posábase sobre la cavidad una inmensa
bola de fuego, de la cual salía Busiriaco, Dios de los Infiernos, que cuando
llegaba desataba tormentas y fuertes vientos que alejaban las nubes del árido
lugar. Un día el jeque Monetá reunió a todo su pueblo para ir a conjurar a
Busiriaco y a la serpiente negra. Llegados al hueco oraron, ayunaron, hicieron
ofrendas y danzaron; una bailarina lanzó un disco de oro a la serpiente negra,
dejándola herida de muerte; al otro día el jeque Monetá arrojó al hueco la
esmeralda que había regalado Bochica al jefe Suamox; al caer sobre la serpiente,
la piedra perdió su dureza, transformándose en honda verde y aguas
transparentes, las cuales fueron creciendo hasta llenar el hueco. Monetá y su
pueblo alabaron a Bachué, Diosa de las Aguas, a Chiminigagua, el omnipotente
Señor del Universo, después de lo cual apareció el arco iris y sobre él, la
figura de Bochica. Desde entonces el sol saca porciones del guacata ya líquida,
la lleva a los cielos y luego la devuelve en copiosa lluvia, que ha colmado de
fertilidad la tan antigua esterilidad de aquel paraje. Se exploran guacatas en
Muzú y Somondoco.
martes, 8 de septiembre de 2020
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